CRÓNICA DE UN ABISMO ANUNCIADO
Me encuentro hoy 13 Mayo del 2016 en el barrio Patio Bonito de la localidad de Kennedy, estoy llegando al hogar de una humilde familia la cual me relatará esta desgarradora historia.
Llegó a la casa y me abre una señora de edad, me recibe diciéndome: “Hágale mijo suba que esta es su casa”, subiendo las escaleras como me lo había dicho la señora, me encuentro con dos perros que me ladran, luego escucho el grito de la señora diciendo:
-¡Mateo y Luna vengan para acá ya!
Me encuentro hoy 13 Mayo del 2016 en el barrio Patio Bonito de la localidad de Kennedy, estoy llegando al hogar de una humilde familia la cual me relatará esta desgarradora historia.
Llegó a la casa y me abre una señora de edad, me recibe diciéndome: “Hágale mijo suba que esta es su casa”, subiendo las escaleras como me lo había dicho la señora, me encuentro con dos perros que me ladran, luego escucho el grito de la señora diciendo:
-¡Mateo y Luna vengan para acá ya!
Cuando logro pasar me encuentro con que en la sala de la casa está reunida
toda la familia, me empiezo a presentar con todos y descubro que la señora que
me abrió se llama Claudia y es la abuela de la familia.
Minutos después doña Claudia nos ofrece algo de tomar, casi toda la familia y yo aceptamos tomar un tinto, menos un joven que se encuentra sentado en frente de un computador.
Luego de una charla en la que nos conocemos procedo a decirle que me cuenten la historia y los sucesos acontecidos.
Minutos después doña Claudia nos ofrece algo de tomar, casi toda la familia y yo aceptamos tomar un tinto, menos un joven que se encuentra sentado en frente de un computador.
Luego de una charla en la que nos conocemos procedo a decirle que me cuenten la historia y los sucesos acontecidos.
Me empieza hablar doña Claudia y me dice así:
-“Mi nieto Camilo (con lo que descubro el nombre del afectado) “era un niño muy juicioso no sabemos cómo cayó en eso. Me afecto mucho no supe que hacer cuando me contaron que un nieto, sangre de mi sangre, había caído en esa terrible perdición”.
En ese momento a doña Claudia le ruedan las lágrimas por su rostro cansado y triste. De repente sale desconsolada hacia su cuarto.
El tío de Camilo, Carlos toma la palabra y me dice con un poco de nostalgia y en medio de un suspiro:
-“A mi mama le afecto mucho, fue tan trágico ese momento en que le contaron lo que le estaba pasando a Camilo"
-¿Me puede decir que fue lo que le paso exactamente a Camilo?, pregunté.
-y el con un gesto de nostalgia Me respondió:
-“Él se encontraba un día por allá por los lados del amparo con unos “amigos” su padre lo estaba vigilando porque sospechaba que camilo hacia cosas malas. Después de estar casi una hora siguiéndolo se dio cuenta que camilo iba a consumir un especie de polvo blanco contenido dentro de una pequeña bolsa, en ese momento el salió corriendo a intentar impedir que lo consumiera pero para cuando llegó ya era tarde”.
-Interrumpí diciendo: ¿Enserio?
-Y él dijo:
-“¡Claro! Créame que al enterarme de eso sin exagerar casi lloro"
En ese momento note que doña Claudia no dejaba de llorar, así que le propuse a don Carlos salir para que me terminara de contar su relato, a él le gustó la idea así que nos dispusimos a salir.
Ya en la esquina de la cuadra don Carlos siguió con su relato.
-“dos años después de enterarnos que Camilo ya se encontraba fuera de control; con decirle que hasta intento agredir a su mamá, un día le dijo:
¡Qué le pasa a mí no me toque¡ en ese momento su madre supo que era el momento de internarlo .
"Dos meses después se suponía que lo iban a internar pero nunca sucedió.
Solo hasta 7 años después de que Camilo ya estaba consumido por el vicio; sus padres tomaron la decisión de internarlo en la clínica de la paz. Lleva 8 meses allá pero a mi criterio él no ha recapacitado ya que la única vez que lo fui a visitar lo único que me dijo fue que le consiguiera drogas y al negarme a su solicitud, me insulto con palabras bastante subidas de tono, me trato a punta de groserías y ese día preferí retirarme y no contestarle nada".
Después de haber escuchado esta conmovedora historia de una familia que podría ser la de cualquiera de nosotros sobre algo que ya se veía venir por un simple descuido.
-“Mi nieto Camilo (con lo que descubro el nombre del afectado) “era un niño muy juicioso no sabemos cómo cayó en eso. Me afecto mucho no supe que hacer cuando me contaron que un nieto, sangre de mi sangre, había caído en esa terrible perdición”.
En ese momento a doña Claudia le ruedan las lágrimas por su rostro cansado y triste. De repente sale desconsolada hacia su cuarto.
El tío de Camilo, Carlos toma la palabra y me dice con un poco de nostalgia y en medio de un suspiro:
-“A mi mama le afecto mucho, fue tan trágico ese momento en que le contaron lo que le estaba pasando a Camilo"
-¿Me puede decir que fue lo que le paso exactamente a Camilo?, pregunté.
-y el con un gesto de nostalgia Me respondió:
-“Él se encontraba un día por allá por los lados del amparo con unos “amigos” su padre lo estaba vigilando porque sospechaba que camilo hacia cosas malas. Después de estar casi una hora siguiéndolo se dio cuenta que camilo iba a consumir un especie de polvo blanco contenido dentro de una pequeña bolsa, en ese momento el salió corriendo a intentar impedir que lo consumiera pero para cuando llegó ya era tarde”.
-Interrumpí diciendo: ¿Enserio?
-Y él dijo:
-“¡Claro! Créame que al enterarme de eso sin exagerar casi lloro"
En ese momento note que doña Claudia no dejaba de llorar, así que le propuse a don Carlos salir para que me terminara de contar su relato, a él le gustó la idea así que nos dispusimos a salir.
Ya en la esquina de la cuadra don Carlos siguió con su relato.
-“dos años después de enterarnos que Camilo ya se encontraba fuera de control; con decirle que hasta intento agredir a su mamá, un día le dijo:
¡Qué le pasa a mí no me toque¡ en ese momento su madre supo que era el momento de internarlo .
"Dos meses después se suponía que lo iban a internar pero nunca sucedió.
Solo hasta 7 años después de que Camilo ya estaba consumido por el vicio; sus padres tomaron la decisión de internarlo en la clínica de la paz. Lleva 8 meses allá pero a mi criterio él no ha recapacitado ya que la única vez que lo fui a visitar lo único que me dijo fue que le consiguiera drogas y al negarme a su solicitud, me insulto con palabras bastante subidas de tono, me trato a punta de groserías y ese día preferí retirarme y no contestarle nada".
Después de haber escuchado esta conmovedora historia de una familia que podría ser la de cualquiera de nosotros sobre algo que ya se veía venir por un simple descuido.
Ahora me pregunto si la gente en Colombia seguirá cometiendo descuidos como
el de esta historia en la que una familia se está viendo enfrentada al flagelo
de la droga dicción; por no haber prestado atención a un joven que se enfrentaba
a este mundo quizás pidiendo afecto y ser escuchado; pero al no encontrarlo en
sus padres. No tuvo más refugio que este mundo oscuro manejado por todo tipo de
alucinógenos.
En Colombia y en especial en nuestro barrio personas malas e inescrupulosas
manejan este mundo lleno de drogas y fármacos, que cada día más llevan a
nuestros jóvenes a delinquir, llevándolos hasta cometer asesinatos con un solo
propósito que es el de conseguir un poco de dinero y así adquirir una papeleta
de bazuco, heroína, perico o cualquiera de sus muchas presentaciones que
siempre llevan al mismo fin, y es el de sumergirlos en un mundo lleno de
alucinaciones que los aleja de sus realidades cualquiera que sean, estos
jóvenes cada día se van consumiendo más y más pues su cuerpo les pide cada vez
más hasta llegar a un punto que ya no tienen razón, ni conciencia de sus actos.
Se sumergen en un abismo sin fondo, se convierten en un
protagonista más de LA CRÓNICA DE UN ABISMO ANUNCIADO.
Es hora de que cada uno de nosotros nos apropiemos de la situación y desde
nuestra propia vivencia empecemos a ponerle fin a este problema. Los buenos somos
más, por eso les digo luchemos y no dejemos que cada día este terrible delito
avance y acabe con nuestro presente y aun peor derrote nuestro futuro.
Autor: Juan Espitia.
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